Durante este tiempo de pandemia, enseñar a distancia ha sido un gran desafío para muchos profesores rurales, quienes deben enfrentar la realidad de muchas familias que viven alejadas de las ciudades, la falta de conectividad.

Para la Escuela Paul Harris, de la localidad de Nantoco, en la región de Atacama no fue distinto. Con mucho esfuerzo y dedicación sus profesores lograron encontrar la manera de enseñar a sus alumnos a través de WhatsApp y llamadas telefónicas.

Asimismo, la escuela tuvo que realizar un gran trabajo de contención y apoyo con sus apoderados para alinear a las familias al trabajo escolar que realizarían sus alumnos desde sus hogares.  

Conversamos con Yanine Órdenes, docente de la escuela, quien nos contó cómo ha sido el proceso de familiarizarse a enseñar, en el contexto de una pandemia y cuarentena. Con dificultades, la docente junto a sus colegas pudo encontrar las estrategias educacionales efectivas para que sus alumnos pudieran seguir aprendiendo.

En un comienzo, aplicaron una serie de estrategias educativas con sus alumnos, pero ninguna parecía funcionar. Uno de los principales problemas que tienen las familias es la falta de conectividad en la zona y el acceso a internet, por lo que enseñar a distancia ha sido todo un desafío para esta escuela y sus profesores.

“Tratamos de llegar a los niños a través del Facebook de la escuela, a través de wasap, mediante cápsulas educativas en videos, buscamos una serie de estrategias al inicio de la pandemia, pero la verdad es que no nos funcionaron. Porque la mayoría de nuestros niños no tiene teléfono, tampoco tienen internet. Es demasiado bajo”, comenta Yanine.

Probaron todos los recursos que tenían disponible para enseñar, pero la respuesta de sus alumnos era muy baja, no tenían conexión a internet mínima para utilizar este tipo de herramientas. “Al principio fue bastante triste porque no encontrábamos la forma de cómo trabajar lo más ordenado posible y que los niños nos fueran entendiendo y participar en nuestras clases. Fue bastante difícil”, comenta.

En su búsqueda lo que mejor les funcionó fue comunicarse y realizar las clases a través de grupos de WhatsApp o por llamadas telefónicas, con estas herramientas podrían trabajar con sus alumnos en ciertos horarios.

“Hay veces que nos podemos comunicar por WhatsApp, pero hay otras veces que tenemos que llamarlos, porque no podemos hacer ese tipo de llamadas con video, en una primera instancia cometimos varios errores, uno de que no estábamos acostumbrados a este tipo de enseñanza, entonces los videos que mandábamos al Facebook la mayoría no los veía por su poco acceso a conectividad para que ellos pudieran trabajar de acuerdo con lo que enviabamos”.

El rol que tuvo la psicóloga de la escuela fue muy importante para este proceso, ya que estuvo encargada de conversar y guiar a los apoderados con este nuevo sistema de aprendizaje digital que tendrían sus hijos.

“La psicóloga se encargó de educar a los papás, de conversar con ellos enseñarle este nuevo sistema, de mandarle audios para que ellos pudieran apoyar el trabajo que se iba a realizar con sus niños. Sensibilizamos un poco a cada uno los apoderados y los que fueron los más reacios, la psicóloga se encargó de conversar con los padres de ver como estaban, como estaban actuando sus hijos, cuáles eran las condiciones de trabajo, como ellos se sentían, ella vio toda la parte emocional y social de cada uno de los alumnos y así comenzamos a trabajar con ellos a través de WhatsApp.”

Fue así como Yanine y sus colegas comenzaron a realizar clases por WhatsApp, la profesora hace clases a cada alumno, trabajan y revisan material uno por uno. “Actualmente estamos trabajando con los libros de clase, en el caso de lenguaje y matemáticas. Yo trabajo con cada uno de ellos. Ellos tienen un horario y saben que a tal hora los voy a llamar. Al principio me costó eso sí.”

Con un trabajo personalizado, la docente se reúne con cada alumno de manera personal para hacer clases, donde los llama y trabajan con el material disponible. “Cuando yo veo que los niños no entendieron algún otro contenido, yo les hago una guía de una hoja a través de WhatsApp, le hago preguntas para ir retroalimentando aquella materia”, dice Yanine.  

Los profesores han realizado actividades que nunca habían hecho, como fue el uso de videos para explicar materia. “Fue tremendamente difícil porque no sabíamos como hacerlo, ahí lo logramos sacar, viendo videos a través de YouTube comenzamos a realizar videos bien entretenidos”, relata la profesora.

Para Yanine esta pandemia le demostró que los profesores pueden hacer muchas cosas que antes no incorporaban en sus enseñanzas, como es el uso de la tecnología, “logré hacer una serie de videos bien interesantes, tuve que aprenderlos y sacar lo mejor que tenemos nosotros como docentes para llegar a nuestros alumnos.”

Al iniciar cada clase, los profesores conversan con sus alumnos para conocer cómo están de ánimo y como se han sentido, un espacio necesario para expresar lo que los niños sienten. “Afortunadamente la relación con los alumnos es muy buena, porque entendemos que vienen de un contexto bastante dificil, se les quiere y se les respeta, para ellos no ha sido difícil trabajar, la llegada con los alumnos ha sido buena”, dice Yanine.

No solo tienen una buena relación con sus alumnos, también existe una gran preocupación por mantener buenos lazos con los apoderados. “Hay muy buena relación con ellos, yo creo que nosotros los docentes no solamente tenemos que entregar o exigir, sino que también dar contención a ellos y a nuestros niños. Constantemente se está conversado con los apoderados”, comenta la docente.

Como nos relata Yanine, estos tiempos han sido difíciles lejos de las aulas y sus alumnos, “nosotros como docentes somos de piel, tenemos que estar frente a nuestros alumnos, hay momentos difíciles, echo de menos estar en nuestro colegio, escuchar sus ruidos, sus gritos, eso se hecha mucho de menos, pero bueno tuvimos que habituarnos a este tipo de actividad y hay que sacarlo a delante por nuestros niños y dar lo mejor que uno tiene para que ellos el día de mañana puedan insertarse de mejor manera a esta sociedad. El aula es nuestra casa, es nuestro hogar”.

Además, la profesora destaca el apoyo que han recibido de su Microcentro Copayapu a través de Alejandra Pinto, quienes les entregan herramientas técnicas y experiencias significativas del trabajo que realizan otras escuelas, “hemos tomado de ahí ciertos ejemplos y hemos podido trabajar con nuestros niños.”

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